Taylorismo: contexto, principios, características y crítica

El taylorismo supuso una revolución en el modo de producción industrial, aunque fue criticado por convertir al trabajador en una pieza más de una máquina.

El taylorismo es una forma de administración que se enfoca en tareas para mejorar la eficiencia operativa de la empresa. También recibe el nombre de Gestión Científica, por haber sido creada por el ingeniero estadounidense Frederick Taylor.

Las teorías del taylorismo se probaron en las fábricas de automóviles de Ford, lo que demostró la eficacia del modelo en la práctica. Pero hubo repudio por parte de los trabajadores de Volvo, alegando que serían simples piezas de producción.

Los trabajadores de Gestión Científica acabaron ganando algunos derechos, como el descanso semanal retribuido. Además, se pagó la productividad, fomentando el aumento de la producción.

Contexto histórico

frederick taylor

La creación del taylorismo se debe a Frederick Taylor, quien trabajaba como maquinista, solo observaba a sus compañeros. Empezó a investigar cómo sería posible administrar mejor la empresa para aumentar la producción.

Entonces notó los métodos de trabajo de los trabajadores y se dio cuenta de que, a un ritmo de trabajo controlado, la productividad crecía. Luego logró graduarse como ingeniero mecánico en 1885, solo dos décadas después alcanzó el cargo de presidente.

Pudo así poner en práctica lo observado, sugiriendo una gestión del trabajo basada en diferentes técnicas que optimizaran la mano de obra. La llamada Segunda Revolución Industrial (1850 a 1870) estuvo muy influenciada por sus ideas.

Taylor publicó los libros: «Un sistema de precios por pieza» (1895) y «Gestión de tiendas» (1903). Además de su obra maestra que fue “Principios de la Administración Científica” (1911).

Los principios del taylorismo

El Taylorismo está enunciado por varios principios creados por Taylor y sus discípulos de la Administración Científica. Estos son los puntos fundamentales que orientan cómo optimizar la eficiencia, siguiendo criterios técnicos estandarizados.

Los métodos empíricos, hechos en el momento, deben ser reemplazados por métodos científicos, planificados y probados. Los trabajadores deben ser seleccionados de acuerdo a sus aptitudes personales, de ahí ser capacitados de acuerdo a su vocación.

La obra debe someterse a un seguimiento constante, para comprobar si su ejecución es la determinada. Es que la ejecución del trabajo debe regirse por una fuerte disciplina. El trabajador que en un principio se mostró capaz de desempeñar una función determinada, se retira de ella. Nunca se mueve durante el proceso de montaje.

Características

El taylorismo se centra en la alta eficiencia del proceso operativo, ya que su propósito es extraer el máximo rendimiento de cada empleado. Se pensó como un trabajo racionalizado dentro de la Gestión Científica.

Cada empleado es visto como una parte clave de la producción, ya que la sincronización de movimientos podría reducir el esfuerzo productivo. Así, con el análisis de los procesos productivos se logró mejorar la capacidad de trabajo de la clase obrera. La atención se centró en ahorrar al máximo en términos de esfuerzo productivo.

El taylorismo buscaba aplicar metodologías que redujeran la fatiga de los empleados, además de crear una forma de recompensa por el desempeño. También se debe tener en cuenta que el trabajador manual nunca se convertiría en gerente, ya que le estaba prohibido usar su intelecto.

La parte buena del método de Taylor

En el Método Taylor, aunque los trabajadores actuaban con movimientos mecanizados y trabajaban mucho, recibían algunos beneficios. Es que los salarios eran muy ventajosos, ya que subían según la producción. Hubo una reducción de la jornada laboral, además de instituirse el descanso semanal retribuido.

Hubo una mejora en la calidad de los productos fabricados, ya que se suprimieron los costes extraordinarios. Los gastos obsoletos que se utilizaban anteriormente, como las inspecciones periódicas, fueron eliminados por la Gestión Científica.

Críticas al taylorismo

La mayor crítica negativa al taylorismo es la que afirma que el hombre se ha convertido en una máquina. No podía cambiar el papel para el que habría mostrado aptitud, convirtiéndose así en un engranaje de producción. Además, el gerente estaba en una posición jerárquica superior, por lo que no escuchaba a los trabajadores.

A pesar de esto, Henry Ford empleó las ideas del taylorismo en la cadena de montaje de sus industrias, creando así el fordismo . Pero los trabajadores de Volvo, por su parte, se negaron a ser parte de tal proceso productivo, así surgió el volvismo. En la película Tiempos modernos, Charlie Chaplin critica negativamente el taylorismo, aunque lo hace con un buen humor magistral.

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