La Revolución Paulista de 1924 pretendía aplicar la democracia plena en Brasil, con el fin de las oligarquías rurales y conquistas sociales efectivas.
La Revolución Paulista de 1924 fue el mayor conflicto armado de São Paulo, ya que duró 23 días.
Lucharon contra la oligarquía ruralista que se turnó en el poder e impidió la democracia plena en el país. Querían la destitución del presidente Artur Bernardes y una nueva elección más limpia, incluida una votación secreta.
Fue una de las fases del tenentismo y se produjo dos años después del fracaso de la Revuelta del 18 del Fuerte de Copacabana, en 1922.
Contexto histórico
El tenentismo fue un movimiento político-militar que involucró a jóvenes oficiales de bajo y mediano rango del Ejército Brasileño. Estaban incómodos con la situación política en Brasil, ya que pidieron reformas en la estructura de poder.
El movimiento Tenentismo estalló en muchos levantamientos en Brasil. Ellos son: la Revuelta del 18 del Fuerte de Copacabana (1922), la Revolta Paulista de 1924, la Comuna de Manaus (1924) y la Coluna Prestes (1925/27).
La República Oligárquica gobernó el país de 1894 a 1930, cuando fue desmantelada por Getúlio Vargas. Los tenientes lucharon contra ello, ya que querían que se produjera una democracia plena. Querían voto secreto, reforma educativa, destitución de la élite agraria del poder, entre otros reclamos.
Como la Revuelta del 18 del Fuerte de Copacabana, de 1922, no tuvo éxito, dos años después hubo otro intento. La nueva Revolución quería sacar a Artur Bernardes de la Presidencia.
Estalla la Revolución Paulista
El 5 de julio de 1924, exactamente dos años después de la Revuelta de los 18 en el Fuerte de Copacabana, estalló la Revolución Paulista. El líder era el general Isidoro Dias Lopes, quien luchó junto a algunos tenientes rebeldes. Destacan para Juarez y Joaquim Távora, Eduardo Gomes, Miguel Costa, Índio do Brasil y João Cabanas.
El objetivo principal de la Revolución era destituir a Artur Bernardes de su cargo, siendo tal pretensión bastante atrevida. También querían voto secreto, justicia gratuita y cambios en la educación pública.
Mil hombres se amotinaron y atacaron la capital paulista, por lo que el Presidente del Estado huyó despavorido. Carlos de Campos se escondió cobardemente en Bairro da Penha, luego se instaló en un vagón en la Estación Guaiaúna. El Palácio dos Campos Elísios, entonces sede del gobierno de São Paulo, fue bombardeado y tomado por los rebeldes.
La respuesta del gobierno
El contraataque oficial fue fuerte, utilizando aviones militares y artillería pesada dentro de São Paulo. Pero sólo los barrios obreros, como Moora y Brás, fueron afectados. La excepción fue Perdizes, donde vivía la clase media paulista.
Al mismo tiempo, surgieron levantamientos en varias ciudades del interior de São Paulo, con la toma de alcaldías.
Ante el aumento de la ofensiva gubernamental, después de 23 días de ocupación, los rebeldes abandonaron la capital paulista. Fueron a Bauru y desde allí decidieron atacar la ciudad de Três Lagoas, hoy Mato Grosso do Sul, donde se concentraban las tropas leales.
Este fue un error estratégico de los rebeldes, ya que sufrieron una derrota desoladora, perdiendo un tercio de sus tropas. Entonces, no tenían otra opción que dirigirse al sur y unirse a la Columna Prestes.
Consecuencias de la revuelta
Tras el final de los combates, quedó un macabro saldo de mil muertos y cuatro mil heridos en ambos bandos.
Tanto los tenientes como los demás soldados que se sumaron a la Revolución Palista fueron posteriormente amnistiados por Getúlio Vargas. Y una curiosidad es que, en el Bairro de Perdizes, que fue bombardeado por el gobierno, se celebra hasta hoy la Revolución de 1924.
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