Los rayos ultravioleta provienen de la luz solar y pueden causar serios problemas de salud, como quemaduras y cáncer de piel.
Agujeros en la capa de ozono , rayos ultravioleta, calentamiento global… Seguro que ya has oído hablar de estos términos, pero ¿sabes qué significan y, lo más importante, cuál es la relación entre ellos?
¡Pues bien! Los rayos ultravioleta forman parte del conjunto de ondas electromagnéticas con una longitud inferior a 400 nm y, por tanto, invisibles a simple vista.
Esta radiación es emitida por la luz solar que incide sobre el planeta Tierra , siendo fundamental para el mantenimiento de la vida. Sin embargo, la contaminación provocada por el hombre ha provocado una destrucción de la capa de ozono presente en la atmósfera . Esto hace que estemos cada vez más expuestos a la radiación ya los peligros de enfermedades y quemaduras.
En este artículo aprenderás un poco más sobre estos peligros, cómo funcionan y qué son los rayos ultravioleta y qué hacer para protegerte.
Concepto
El conjunto de ondas que son emitidas por el sol se denominan ondas electromagnéticas, las cuales pueden tener diferentes longitudes. En resumen, la luz visible para nosotros es parte de una pequeña porción del espectro de luz, que corresponde a la longitud de onda del rojo al violeta.

Debajo de eso están los rayos infrarrojos, y arriba del violeta está la radiación ultravioleta. Esta longitud de onda está fuera del valor entre 380nm y 750nm, que se considera visible para los ojos humanos.
Por tanto, nuestra atmósfera consigue filtrar la mayor parte de esta radiación, gracias a la capa de ozono. Esta parte de la atmósfera se encuentra entre 20 y 35 km de la superficie de la Tierra y evita que estos rayos nocivos lleguen a la superficie de la Tierra.
La radiación ultravioleta, o UV, incluye tres tipos de rayos: UVC, UVB y UVA. Estos dos últimos son los más comunes y perjudiciales para la salud de la piel.
Beneficios de los rayos ultravioleta
Sin embargo, quien piense que los rayos UV no tienen ningún beneficio se equivoca. De forma mesurada, pueden estimular la producción de vitamina D, un componente bueno para la piel, los dientes y los huesos.
Por cierto, también están presentes en las lámparas fluorescentes, productoras de luz, en farolillos y en la decoración de fiestas. También se utilizan en la industria química.
La destrucción de la capa de ozono
Los agujeros en la capa de ozono tienen su origen en los gases emitidos por la contaminación humana , siendo el principal los clorofluorocarbonos o CFC. Formado por cloro, flúor y carbono , el CFC todavía tiene óxidos nítricos y nitrosos, además de dióxido de carbono (CO²).

El CO² lo emiten principalmente los vehículos y la quema de combustibles fósiles. De igual forma, se utilizó en latas de aerosol y en sistemas de refrigeración hasta finales del siglo XX, cuando fue prohibido por las autoridades sanitarias.
Así, se estima que una sola molécula de CFC puede destruir más de 100.000 moléculas de ozono, provocando graves consecuencias.
De hecho, las regiones más afectadas son también las más industrializadas, con fábricas y grandes estructuras que generan gases contaminantes, como Estados Unidos , Japón y China .
Los peligros de los rayos ultravioleta
Con la radiación ultravioleta presente en la superficie terrestre, existen innumerables consecuencias para la vida de las especies animales y vegetales, incluido el ser humano.

Puede haber una disminución en el crecimiento de las plantas , que fotosintetizan menos ; así como la reducción de la productividad del fitoplancton, impactando el funcionamiento de los ecosistemas.
En los seres humanos, la radiación puede causar graves riesgos para la salud, ya que los rayos UVB provocan quemaduras en la piel. A su vez, los rayos UVA, a pesar de no causar daños físicos, penetran más profundamente y, a la larga, pueden facilitar la aparición de cáncer de piel.
Las cataratas, por ejemplo, pueden ser consecuencia de la exposición a la radiación solar . Esta enfermedad afecta al cristalino del ojo, provocando lesiones que conducen a la pérdida parcial o total de la visión.
Asimismo, los estudios indican que incluso la arena y la nieve de las playas son responsables de parte de la radiación UV, en una proporción que puede alcanzar el 20% y el 90%, respectivamente.
La importancia del protector solar
Eventualmente, debe hacer un seguimiento de los sitios de noticias o programas de televisión informativos, recomendaciones sobre la exposición al sol. Al fin y al cabo, se debe evitar el contacto en el momento más perjudicial, entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde.
En este sentido, los expertos también recomiendan el uso obligatorio de protector solar, que promueve una barrera a los rayos ultravioleta, evitando que penetren y dañen la piel.

Además, a la hora de pasar el día en la playa o hacer ejercicio al aire libre, es fundamental protegerse con gafas de sol, gorras o sombreros y ropa cómoda.
Sobre el tipo de protector solar ideal para tu cuerpo, lo mejor es consultar a un dermatólogo para que pueda comprobar qué factor de protección solar (FPS) es el adecuado para tu piel.
Este SPF indica qué tan vulnerable eres a las quemaduras, a través del tiempo indicado en el empaque (SPF 15 indica que tu cuerpo puede comenzar a quemarse después de 150 minutos de exposición, por ejemplo).
En otras palabras, una persona con piel clara debe usar un protector solar con un SPF alto, ya que puede quemarse más fácilmente.
Por su parte, las pieles oscuras necesitarán un SPF bajo debido a la presencia de melanina en el cuerpo, que actúa naturalmente a favor de la protección contra los rayos UV.
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