La radiactividad proviene de la energía de los átomos y puede ser utilizada tanto para el bien como para el mal, aunque su desperdicio es un gran problema.
La radiactividad es cualquier fenómeno nuclear derivado de la emisión de energía por parte de los átomos.
Surge de la desintegración, así como de la inestabilidad, de ciertos elementos químicos. Un átomo puede transmutarse en otro átomo, y entonces será clasificado como radiactivo.
Este fenómeno causa miedo en muchas personas, ya que fue responsable de grandes tragedias de proporciones globales. Pero la radiactividad es beneficiosa para la humanidad, como es el caso de los avances en medicina y en la producción de electricidad.
Contexto histórico

En 1896, el físico francés Antoine-Henri Becquerel publicó sobre el descubrimiento de la radiactividad. Sus estudios causaron gran revuelo en el mundo, incluso le valieron el Premio Nobel de Física en 1903.
La pareja Pierre y Marie Curie también contribuyeron al desarrollo del artículo. En una investigación conjunta, los dos estudiaron fenómenos radiactivos. Por ello, también fueron galardonados con el Premio Nobel en 1903, junto a Becquerel.
Ernest Rutherford descubrió la noción de una vida media radiactiva. Con esto, se estableció el entendimiento de que la radiactividad transmuta el elemento químico en otro.
También separó y nombró radiación alfa y beta. También es digno de mención Frederick Soddy, quien dio su nombre a las leyes de la radiactividad.
Dos leyes importantes de la radiactividad
Basado en el nombre del físico Frederick Soddy, como se dijo, hay dos Leyes esenciales de la Radiactividad, que merecen estudio.
El primero dice que un átomo inestable emite una partícula alfa (α), pero disminuye el número atómico (Z) en dos unidades. Por otro lado, el número de masa (A) disminuye en cuatro unidades. De esta forma, 24α.
La segunda ley de Soddy (o Fajans o Russell) dice que un átomo inestable emite una partícula beta (β) y aumenta el número atómico (Z) en uno. Pero el número de masa (A) sigue siendo el mismo. Entonces: -10β.
¿Qué es la descomposición radiactiva?
Los átomos no salen enteros de una emisión radiactiva, ya que se desintegran en el transcurso del proceso. La transformación tiene lugar porque es el número atómico el que decide el elemento químico.
La llamada semidesintegración es el período que tarda la desintegración del elemento en reducir su masa a la mitad.
¿Qué son los elementos radiactivos?
Los elementos químicos radiactivos no son muchos. Si los encontramos en la naturaleza, el nombre es radiactividad natural, como el uranio, el torio y el actinio.
Pero si se producen en el laboratorio, el nombre es radiactividad superficial, como el yodo-131 y el fósforo-30.
Los elementos radiactivos son: uranio, radón, actina, astato, polonio, carbono-14, cesio, criptón, estroncio, yodo, plutonio, radio.
Los tipos de radiactividad
Es importante conocer el tipo de radiación, ya que determina el poder de penetración en la materia. Esta introducción puede ser baja, media y alta. La radiactividad que más se presenta es la de las partículas alfa y beta, además de las ondas gamma.
Los alfa (α) son partículas pesadas que contienen carga positiva, ya que desintegran de su núcleo 2 protones, además de 2 neutrones. Esto significa que su radiactividad es muy suave y puede ser detenida por cualquier barrera.
Beta (β) son partículas cargadas negativamente, solo que no contienen masa. Su radiactividad puede atravesar una superficie más delgada, pero no una más gruesa. Debido a que es más fuerte que Alpha, atraviesa la hoja de un árbol, pero no una placa de metal.
Finalmente, Gamma (γ) son ondas de luz que tienen una frecuencia muy alta, sin embargo, no tienen masa. Tiene una fuerza de penetración muy intensa, ya que es capaz de atravesar metales densos.
El problema de los residuos radiactivos
Una pregunta que preocupa a la humanidad hoy en día es qué hacer con los llamados desechos radiactivos o nucleares . Es que los residuos de materiales radiactivos pueden provocar enfermedades mortales en las personas, como el cáncer.
Se estima que la contaminación radiactiva puede tardar cientos de miles de años en disiparse. ¿Y qué hacer con este material? Por lo general, se empaqueta en cajas de metal y se entierra entre gruesos muros de hormigón. Aún así, el seguimiento es constante.
Cuando ocurre un accidente con radiactividad, se afectan grandes áreas y la contaminación es catastrófica. En 1986, la central nuclear de Chernobyl explotó y contaminó Ucrania, lo que obligó a la evacuación precipitada de miles de personas.
Otro ejemplo es el incidente con el Cesio-137 ocurrido en Goiânia, que provocó la contaminación de muchas personas. Es que una clínica de radioterapia desactivada abandonó un dispositivo que contenía una cápsula de material radiactivo. Una familia lo encontró, lo abrió y lo contaminó el 13 de septiembre de 1987.
El 11 de marzo de 2011, un tsunami golpeó la planta de energía nuclear de Fukushima I. Esto provocó una falla que provocó la fusión de tres de los reactores nucleares de la planta, liberando radiación a la atmósfera.
Los beneficios de la radiactividad
Aunque se recuerda con temor, debido a los grandes desastres, la radiactividad es beneficiosa e incluso imprescindible. Está presente en el día a día de las personas, ya que un gran número de familias disponen de un horno microondas en casa. También se aplica en diversas áreas como la medicina y la ingeniería.
Hay usos beneficiosos (como el tratamiento de tumores), pero también usos nocivos, como las armas nucleares. Pero en general, la radiación se aplica para bien, como las centrales nucleares que producen electricidad.
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