¿Qué fue la Revolución Inglesa y por qué fue tan importante?

La Revolución Inglesa fue una serie de conflictos que combatieron el absolutismo e implantaron una monarquía parlamentaria en Inglaterra.

La Revolución Inglesa fue la primera de las grandes revoluciones burguesas, que buscaba la legitimidad política (siglo XVII). Con la revolución, la burguesía logró combatir al estado absolutista y reformular la estructura política, que culminaría en el modelo de Monarquía Parlamentaria en 1688.

La Revolución Inglesa en cuatro fases principales:

  • Revolución Puritana y Guerra Civil (1642-1649)
  • República de Oliver Cromwell (1649-1658)
  • Restauración de la dinastía Stuart (1660-1688)
  • Revolución Gloriosa (1688-1689)

La revolución puritana y la guerra civil

La necesidad de aumentar los impuestos fue el tema central en el desacuerdo entre el rey Jaime I y más tarde su hijo (Carlos I) con el Parlamento. Carlos I autoritariamente ordenó su disolución en varias ocasiones. Otro factor que provocó los conflictos fue el intento de Carlos I de imponer el anglicanismo a todos los ciudadanos ingleses, escoceses e irlandeses. Este hecho disgustó a los puritanos y presbiterianos que habitaban la región. Todas estas cuestiones provocaron el descontento de gran parte del pueblo, la burguesía y el Parlamento hacia el rey y sus poderes absolutos. Esto resultó en un conflicto armado.

La llamada Revolución Puritana o Guerra Civil duró desde 1642 hasta 1649. Aunque las tropas vinculadas al Parlamento (conocidas como “Cabezas Redondas”) sufrieron muchas derrotas al inicio de las batallas, se recuperaron después gracias al liderazgo de Oliver Cromwell. Finalmente, las tropas de Carlos I vencieron, lo arrestaron y lo decapitaron.

1649 — por John Weesop — Imagen de © The Gallery Collection/Corbis

La República de Oliver Cromwell

En 1649 se escribió un nuevo capítulo de la Revolución Inglesa. Fue la proclamación de la República de Cromwell, que recibió del Parlamento el título de Lord Protector (Lord Protector of the Republic). Varias transformaciones políticas realizadas por Cromwell beneficiaron a la burguesía que él dirigía en la Guerra Civil. Destaca por su Ley de Navegación, que establecía que todos los productos ingleses debían ser comercializados únicamente a través de barcos ingleses. Esto convirtió a Inglaterra en la mayor potencia naval del mundo.

Pero en 1653 disolvió el Parlamento con la ayuda del ejército burgués e instituyó una dictadura abierta. Sin embargo, en 1657, Cromwell propuso un nuevo acuerdo con los parlamentarios y rehabilitó el Parlamento inglés. Pero antes de que este acuerdo pudiera entrar en vigor, Cromwell murió (1658).

Asumió la administración su hijo, Richard Cromwell, quien no tenía el mismo prestigio que su padre, especialmente frente a las clases más radicales de la burguesía. Y así fue como el Parlamento, temiendo un levantamiento popular y una nueva guerra civil, invitó a Carlos II, hijo del rey decapitado, a asumir el trono y restaurar la dinastía Estuardo.

Restauración de la dinastía Stuart

El acto de Carlos II de restablecer la monarquía se conoció como la Restauración. Tomó el trono en 1660 y prometió respetar el Parlamento. Sólo él comenzó a articularse para restablecer el absolutismo, acercándose a la Francia de Luis XIV. Además, inició un acercamiento a la Iglesia católica y comenzó una persecución religiosa contra los calvinistas. Cuando el Parlamento no estuvo de acuerdo con sus acciones, lo disolvió en 1681 y gobernó solo hasta su muerte en 1685.

Jaime II, su hermano, se hizo cargo del torno y reactivó el Parlamento. Pero también quería la restauración del absolutismo. Sucede que Jaime II fue más allá, convirtiéndose al catolicismo y promulgando una serie de medidas que beneficiaban a los católicos, como la exención de impuestos. El Parlamento, temiendo el apoyo de Francia, decidió reaccionar.

La Revolución Gloriosa y la fundación de la Monarquía Parlamentaria

Los Parlamentarios se articularon con María II, hija de Jaime II, para asumir el trono inglés. Estaba casada con Guillermo de Orange, gobernador de los Países Bajos. Con el acuerdo de estos nobles, en 1688, William invadió Inglaterra con su ejército para deponer a James II y apoyar al Parlamento. La caballería de la nobleza, que también estaba descontenta con el rey, en lugar de defenderlo, se alió con William. Jaime II se exilió en Francia y permaneció allí hasta su muerte.

Guillermo de Orange subió al trono inglés como Guillermo III. Debido a que su acción militar no resultó en guerra y derramamiento de sangre, se le denominó Revolución Gloriosa. Sin embargo, el Parlamento creó reglas para Guilherme y Maria antes de coronarlos. Se comprometieron a cumplir con la llamada Declaración de Derechos de 1689 (Bill Of Rights). Esta Declaración limitó la acción de los reyes y les impidió volver al absolutismo. Los reyes tenían poder restringido, y la decisión política se concentraba en el Parlamento. Allí nació una Monarquía Parlamentaria.

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