La lluvia ácida es el resultado de una creciente contaminación ambiental y puede causar graves riesgos para el medio ambiente y también para el cuerpo humano.
En la llamada lluvia ácida existe la presencia de ácidos que provienen de reacciones químicas en la atmósfera terrestre.
Aunque cualquier precipitación se considera ácida, la naturaleza solo se verá perjudicada por los cambios en el pH.
La emisión de contaminantes que salen de los gases de escape de los automóviles es la principal causa. Si incluso los monumentos históricos son corroídos por la lluvia ácida, imagine la reacción del cuerpo humano.
¿Cómo se produce la lluvia ácida?
Con cualquier presencia de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, la lluvia ya es ácida. Es solo una pequeña acidez que no causa ningún daño.
Resulta que el humo que sale del escape de los vehículos a motor es extremadamente tóxico. Contiene óxido de azufre (SO2 y SO3) y óxido de nitrógeno (N2O, NO y NO2), que forman la lluvia ácida. Estos compuestos reaccionan con las gotas de agua en la atmósfera, formando ácido sulfúrico (H2SO4) y ácido nítrico (HNO3).
Sin embargo, además de los automóviles, la contaminación puede provenir del humo de las centrales eléctricas de carbón. También contaminan refinerías e industrias de celulosa. De todos modos, si se libera un gas contaminante a la atmósfera, se formará lluvia ácida.
sus consecuencias
La lluvia ácida afecta principalmente a los países industrializados, ya que estos contaminan más. Pero estos contaminantes pueden ser transportados por aire o agua. Así, incluso en lugares de naturaleza preservada, puede haber contaminación provocada por la lluvia ácida.
La intensidad de la emisión de contaminantes por parte de las industrias francesa, alemana e inglesa son un ejemplo. Fueron llevados por las corrientes de aire a los lagos escandinavos, que se volvieron ácidos.
Este tipo de lluvia altera el pH del suelo y del agua, destruyendo así la cubierta vegetal y matando los microorganismos. Vale recordar que el municipio paulista de Cubatão, en pleno apogeo de la contaminación, provocó intensas lluvias ácidas.
Esto destruyó la vegetación que protegía la ladera de la Serra do Mar, provocando erosión y deslizamientos.
La obra Los Doce Profetas, de Aleijadinho, en Congonhas/MG, también está siendo corroída por este tipo de contaminación.
Efectos nocivos en nuestro organismo
Cuando cae la lluvia ácida, los metales tóxicos llegan al agua, que a su vez es ingerida por los humanos. Esto puede causar serios problemas de salud con el tiempo.
Al beber continuamente agua acidificada, el cuerpo humano sufre mutaciones en sus células. Esto causa problemas renales y cardíacos, así como presión arterial alta. Existe una asociación de este tipo de intoxicaciones con las enfermedades de Parkinson y Alzheimer.
¿Cómo aliviar el problema?
La disminución de la lluvia ácida puede estar dada por fuentes alternativas de energía, así como por automóviles menos contaminantes. Los filtros instalados en las chimeneas de las fábricas también son excelentes soluciones.
En un intento por reducir la contaminación, varios países se reunieron en Japón en 1997. Después de mucha discusión, se firmó el Protocolo de Kioto, un hito en la preservación del medio ambiente.
Se acordó tomar varias decisiones conjuntas y de largo plazo, con el objetivo de mejorar el aire del planeta. Para ello se creó la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Pero la ausencia de Estados Unidos hizo que el Protocolo de Kioto perdiera fuerza.
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