La huelga de los camioneros brasileños fue un movimiento de proporciones sin precedentes, que denunciaba la falta de inversión en otros medios de transporte.
La huelga de los camioneros fue una suspensión de las actividades de los camioneros. Tuvieron lugar del 17 de mayo al 1 de junio de 2018.
Las reclamaciones eran por una bajada del precio del gasóleo y por el cese del pago de peajes por ejes suspendidos. La revisión de la tabla de fletes, considerada obsoleta, también entró en la agenda.
Debido a la inmensa dependencia nacional de los camiones, la huelga llevó al país a una escasez extrema.
Contexto histórico
El precio del gasóleo venía subiendo casi a diario según determinación de Petrobras. La empresa estatal comenzó a monitorear los cambios en los precios internacionales y realizó reajustes sin previo aviso.
Otro factor que contribuyó al reajuste del diésel fue el impuesto del 16% PIS y COFINS sobre el precio final. También estaba el tema del retraso en el cronograma de fletes, que llevó a muchos camioneros a la pérdida.
Finalmente, el aumento de las carreteras gestionadas por concesionarias motivó el pago de peajes. Entonces, los camioneros pidieron, y se les negó, pagar menos si usaban camiones vacíos.
Las empresas que tenían la concesión de exploración vial estaban en contra de los descuentos requeridos. Alegaron que muchos conductores, actuando de mala fe, levantaron el eje trasero, a pesar de que el camión estaba cargado.
el movimiento de huelga
El 21 de mayo de 2018, tras concertación previa en la red social WhatsApp, se inició el paro sin precedentes. Un movimiento similar nunca ocurrió en Brasil, cuando se paralizaron las carreteras de casi todos los estados y el DF.
Debido a su dependencia casi total del transporte de mercancías por carretera, el país pronto fue rehén del movimiento. Mientras los camiones permanecían parados en las carreteras, la población sufría desabastecimiento.
Los supermercados quedaron con anaqueles vacíos, además de medicinas que no llegaban a los enfermos. Pronto el precio del combustible se disparó, ya que quienes aún tenían stock encarecían el producto. Millones de animales en confinamiento murieron de hambre, ya que el alimento no llegaba a la fuente.
El fin de la huelga
Tomado por sorpresa por el movimiento huelguístico, debilitado por los escándalos de corrupción, el Gobierno Federal cayó de rodillas. Cedió a casi todos los reclamos de los camioneros, así que llegó a un acuerdo.
Resulta que, aunque los mandatarios nacionales coincidieron con las propuestas del gobierno, no todos estuvieron de acuerdo. Si bien la mayoría de los camioneros volvieron a circular, una pequeña porción permaneció inactiva.
Para desbloquear las carreteras restantes fue necesaria la intervención del Ejército y la Policía Federal de Caminos.
Consecuencias del paro de camioneros
Los precandidatos a la elección de Presidente de la República aprovecharon el paro. El gobierno de Michel Temer, que ya estaba desgastado, fue duramente criticado en los medios.
En las negociaciones para poner fin a la huelga, el gobierno otorgó un descuento del 10% en el precio del diésel. Este acuerdo duró hasta principios de 2019. También se autorizó a los camioneros con camiones vacíos a tener descuentos en los peajes. Pero la demanda de reducción de la tabla de fletes no fue satisfecha, ya que no habría forma de imponer un valor nacional.
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