La polaridad de las moléculas es lo que determina la distribución de electrones alrededor de los átomos, identificándose a partir de dos criterios.
La polaridad de las moléculas está relacionada con la distribución de electrones alrededor de sus átomos. Una distribución hecha simétricamente forma una molécula no polar, mientras que una distribución asimétrica termina dando como resultado una molécula polar.
Sin embargo, podemos visualizar la polaridad de las moléculas cuando son sometidas a un campo eléctrico externo al medio en el que se encuentran. En este sentido, si una parte de las moléculas son atraídas por el polo positivo y otra parte atraída por el polo negativo, se puede decir que tenemos una molécula polar.
Sin embargo, cuando las moléculas no están orientadas, es decir, no son atraídas por ninguno de los polos, estamos ante una molécula no polar. Para analizar la polaridad de las moléculas se utilizan dos criterios: diferencia de electronegatividad entre átomos y geometría molecular.
Polaridad de las moléculas: electronegatividad de los átomos
Para determinar la polaridad de las moléculas, uno de los criterios utilizados es la electronegatividad de los átomos. Por electronegatividad se entiende la capacidad de un átomo para atraer electrones que fueron compartidos con otro átomo, en un enlace covalente.

Sin embargo, si tenemos moléculas formadas por enlaces entre átomos de los mismos elementos químicos (sustancias simples), tales como oxígeno , hidrógeno , nitrógeno, cloro , fósforo, entre otros, serán no polares.
En el caso de una molécula diatómica, la formada por dos átomos, cuando tiene elementos con electronegatividades diferentes, estamos ante una molécula polar. Los ejemplos son ácido clorhídrico y ácido fluorhídrico.
La molécula de ácido clorhídrico (HCl) es polar, ya que forma un polo negativo en el cloro, como resultado de la acumulación de carga negativa. En este sentido, el lado del hidrógeno acaba recibiendo una carga positiva que se acumula y forma un polo positivo.
Geometría molecular
Otro criterio utilizado para determinar la polaridad de las moléculas, la geometría molecular se relaciona con la forma en que se distribuyen los electrones en una molécula, además de su polaridad.
Los polos de una molécula están relacionados con la carga parcial. En este sentido, la polaridad de las moléculas con más de dos átomos está determinada por el vector de momento dipolar resultante, que tiene en cuenta los vectores de cada enlace polar de las moléculas.

Así, cuando el resultado de la suma de cada vector es cero, tenemos una molécula no polar. Cuando el resultado de la suma de los vectores presenta otro valor, estamos ante una molécula polar.
En este sentido, y tomando como ejemplo la molécula de CO2, observamos que el oxígeno (3,44) tiene más electronegatividad que el carbono (2,55), que atrae electrones hacia el oxígeno. Así, se forma una carga negativa parcial en el oxígeno y el carbono tiene una carga positiva:
O ← C → O
Como los vectores de esta molécula van en sentido contrario, acaban anulándose entre sí. En este sentido, tenemos aquí una molécula no polar.
En el ejemplo del agua (H2O), los electrones acaban atraídos por el oxígeno. Además, como los vectores no se anulan en esta molécula (vector de momento dipolar distinto de cero), se puede afirmar que el agua es polar.
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