La Historia del Imperio Árabe y el Origen de la Religión Islámica

El Imperio árabe comenzó poco después de la muerte del profeta Mahoma, quien había establecido una nueva organización político-religiosa unificada en la Península Arábiga.

El Imperio Árabe se formó a partir del Islam, religión fundada por el profeta Mahoma.

Antes de eso, Arabia estaba compuesta por pueblos semíticos que, hasta el siglo VII, vivían en diferentes tribus.

Aunque hablaban el mismo idioma, estas personas tenían diferentes estilos de vida y creencias.

Arabia antes del Islam

Entre los pueblos semíticos que habitaron Arabia, se destacaron dos tribus, a saber, los beduinos y los Quraish.

Los beduinos eran nómadas, ya que vagaban por el desierto con grandes rebaños de camellos y cabras.

Vivían en grandes caravanas, además de comerciar con diversos productos en las ciudades de la región.

La tribu Quraysh vivía en la región costera, mientras practicaba el comercio fijo.

El surgimiento del Islam

El Islam se originó en la ciudad de La Meca, en la actual Arabia Saudita, alrededor del año 600 d.C.

Un pequeño comerciante llamado Mahoma relató que, en uno de sus retiros espirituales, recibió la palabra divina a través del ángel Gabriel.

Predicaba la existencia de un solo Dios llamado Alá, creador del mundo y juez de todos los hombres.

Mahoma fundó el Islam, un estado teocrático, con sede en la ciudad de Yatreb, que pasó a llamarse Medina, o Ciudad del Profeta.

Los que vivían en el Islam llegaron a llamarse islamistas y los que seguían la religión islámica, musulmanes.

La expansión del Islam y la formación del imperio.

Fue después de la muerte del profeta, en el año 632, que Arabia se unificó y comenzó la expansión del Imperio Árabe.

Los árabes llegaron a estar dirigidos por un califa, una especie de líder político, militar y religioso.

Los seguidores de los islamistas creían que debían convertir a todos al Islam a través de la Guerra Santa.

Luego expandieron su religión a Yemen, Persia, Siria, Omán, Egipto y Palestina.

En el 711 ya dominaban gran parte de la Península Ibérica, extendiendo su cultura por la región de España y Portugal. En el año 732 fueron derrotados por los francos, que impidieron la expansión de este pueblo por el norte de Europa.

Los árabes controlaban las rutas comerciales más importantes y dominaban el comercio en el Mar Mediterráneo.

La exquisita cultura árabe

Sin embargo, a medida que expandieron los territorios del Imperio, los árabes absorbieron las culturas de los pueblos dominados.

Fueron los encargados de preservar el conocimiento grecorromano, por ejemplo, el de Aristóteles.

También se destacaron en la literatura con las obras: Las minas del rey Salomón, Las mil y una noches y Ali Babá y los cuarenta ladrones.

La decadencia del imperio árabe

Después de la muerte de Mahoma, el califa Abu Bakr expandió el Imperio. Su sucesor, Umar Ibn Al-Kattab, conquistó Siria, Palestina, Egipto y Persia.

Uthman Ibn Affan conquistó gran parte de Asia Menor y el norte de África, siendo asesinado y, como resultado, el Imperio quedó dividido.

Hubo muchas de las guerras civiles que fragmentaron el Imperio Árabe en varios califatos a finales del siglo XIV.

Con la división, el gran Imperio dejó de existir.

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