Identidad cultural es un término muy amplio utilizado por la antropología y la sociología, y es también un concepto de cultura y subjetividad.
La identidad cultural es un concepto muy amplio trabajado por la antropología y la sociología. En este sentido, es un concepto que involucra concepciones culturales y psicológicas respecto a todo el campo evocado por la identidad.
Por cierto, en lo que respecta a las líneas de investigación en antropología, la identidad cultural se ha dirigido al campo de la cultura. En este sentido, se centró en los tipos, conceptos y valor de la cultura.
Las investigaciones que giran en torno a la identidad cultural de sesgo sociológico, se dividen en dos perspectivas: investigaciones del campo psicológico y del campo social.
concepciones sociologicas
Básicamente, la sociología es la ciencia que busca explicar la organización social y la cultura. Sin embargo, la cultura es el subcampo de las ciencias sociales. La sociología del sesgo psicológico estuvo influenciada por la teoría funcionalista, dando origen a las psicologías sociales.

Por tanto, estas teorías analizaban la capacidad de cada ser humano para determinadas tareas.
Sin embargo, esto derivó en una visión idealista de la sociedad , donde las personas que nacían para mandar debían ejercer su destino. Sin embargo, los que nacieron para ser mandados también deben cumplir con su postulado.
Concepto de cultura en la visión funcionalista
La teoría funcionalista fue fundada por el pensador francés Émile Durkheim (1858-1917), considerado uno de los padres de la sociología moderna.
Así, este autor veía con optimismo la sociedad capitalista e industrial. En ese sentido, apuntó a las cuestiones morales como la causa de la crisis social.
Las implicaciones de identidad cultural que presenta esta teoría se basan en tres factores:
- Coacción social : Debemos obedecer las órdenes y no desafiarlas, pues ya están consagradas en nuestra historia personal.
- Los hechos sociales son externos a los individuos : es necesario seguir los mismos caminos impuestos por la sociedad ya estructurada
- Generalidad : El individuo necesita tener las mismas costumbres impuestas por la sociedad. En este sentido, se debe vestir de manera estandarizada, tener una familia y un trabajo dentro de ciertos estándares determinantes.
Por tanto, a partir de estos análisis de Durkheim, la cultura es vista como inmutable. Por lo tanto, en base a esta inmutabilidad, es necesario preservar los estándares culturales.
En este sentido, podemos ver en este modo de pensar la negación de otros modos de cultura. En consecuencia, este pensamiento recaerá en un pensamiento conservador en relación con la cultura.
Visión del materialismo dialéctico
Existe una rama de la sociología que se relaciona con el materialismo dialéctico con sesgo marxista, concebida por Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895).
Esta filosofía determina una sociedad dividida en clases, donde a través de la lucha y la conciencia se puede superar la situación de explotación de clase.
La concepción materialista dialéctica se basa en dos supuestos:
- La explicación de la realidad del mundo se hace a través del análisis material y no a través del análisis religioso.
- El mundo es dialéctico y la realidad no se resuelve mediante ajustes y armonía, sino mediante el análisis de las contradicciones y su superación.
Básicamente, a partir de estas concepciones, se puede relacionar el factor cultural con una cultura en constante cambio. En este sentido, los constantes análisis de las contradicciones en una cultura rígida y fija del modelo capitalista son prácticas de este pensamiento.
La visión antropológica de la identidad cultural
Desde un punto de vista antropológico, la identidad cultural de un pueblo tiene tres niveles: cultura erudita, cultura de masas y cultura regional.
En primer lugar, el término cultura no se limita al arte y en este sentido abarca todas las esferas del campo social, desde la preparación de los alimentos, la danza, los ritos, las costumbres y las tradiciones.

El gran problema que residió y aún persiste en este campo de estudio fue elegir algunas culturas como hegemónicas. En este sentido, ciertos estudios antropológicos establecen culturas superiores e inferiores.
La cultura del perfil elitista
Siguiendo un sesgo elitista, se relaciona la cultura erudita con una cultura supuestamente estudiada y consagrada. Por lo tanto, es una cultura sistematizada por estudios de orientación europea.
Así, en esta perspectiva, la cultura de un pescador, por ejemplo, no necesita ningún estudio o mejora. De la misma manera, la cultura popular, para esta perspectiva, no tiene sistematización y tiene el mismo valor.
Sobre la base de estas posiciones occidentales, la cultura erudita es la cultura con un sesgo europeo y sus ramificaciones coloniales. Por lo tanto, quien tiene tal cultura, según esta concepción, es poseedor de un conocimiento superior y más legítimo.
Cultura de masas e identidad cultural
La cultura de masas se convirtió, en la crítica socialista, en toda cultura propuesta por los grandes medios de difusión.
En este sentido, es una cultura dirigida a las masas y, por tanto, con el único interés de capitalización, masificación y alienación.

Sin embargo, en este tipo de visión cultural, se presenta un nuevo problema, el hecho de catalogar actitudes de expansión del conocimiento por medios masivos de la cultura de masas.
Por lo tanto, hay que tener cuidado al ver la cultura que se transmite por radio, televisión e Internet como cultura de masas.
En este sentido, para analizar si la información cultural tiene valor, es necesario analizar el contenido en términos de su representatividad, en el sentido de saber si representa etnias, clases y géneros, independientemente del vehículo de propagación.
Estas polémicas y conceptualizaciones son discutidas en el libro “Apocalípticos e Integrados” de Umberto Eco.
la cultura regional
La cultura regional se relaciona con las prácticas de valor regional de cada país, estado, en el que se distribuye la identidad de este lugar.
Así, tenemos, por ejemplo, la música brasileña que asume la musicalidad sintetizada del pueblo brasileño. Por otro lado, tenemos culturas más específicas como la música nordestina, que representa la musicalidad de una región.
En esta línea, podemos establecer infinitos patrones culturales con respecto a las regiones del mundo, costumbres, gastronomía, artes, deportes. Así, hay infinitos patrones que se ramifican a través de todas las regiones en un aspecto global.
La visión de la sociología y la posmodernidad
En la perspectiva sociológica se analiza la identidad cultural centrándose más en la palabra identidad. Surge entonces una nueva perspectiva, planteada por el sociólogo Stuart Hall.
Desde esta perspectiva, la identidad cultural se divide en tres etapas históricas: sujeto ilustrado, sujeto sociológico y sujeto posmoderno.
Por tanto, el sujeto de la Ilustración es un sujeto centrado y acorde con el objetivismo de la época. En este sentido, en el siglo XVIII se propugnaba un sujeto en esencia como modelo de ser humano.
Sin embargo, este tema descrito en su esencia tuvo como máximo referente al hombre blanco europeo.
Además, este sujeto de la Ilustración estaba dotado de razón y conciencia de acción. Así, este modelo era un modelo idealista, dirigido hacia el ideal burgués.
Perspectiva interaccionista de la identidad cultural
Para Stuart Hall, segunda etapa histórica de la identidad cultural, el sujeto sociológico remite al siglo XX. En este sentido, el sujeto ya no se presenta egoístamente en sí mismo, sino como un sujeto interaccionista.

Sin embargo, los símbolos, los significados y las culturas forman parte de este tema que no se centra únicamente en el yo masculino.
Así, podemos establecer en este punto de la conceptualización de Stuart Hall algunos conceptos de cultura, planteados por la antropología.
En este sentido, el sujeto sociológico es un ser de cultura, tanto como consumidor como productor.
La identidad cultural en el sesgo posmoderno
El sujeto posmoderno ya se relaciona con un sujeto de finales del siglo XX, ya tiene una identidad cultural fragmentada. Así, ya no se centra ni en el “yo” ilustrado ni en el sujeto sociológico interaccionista.
Sin embargo, el factor de mutación de este último sujeto es la identidad. Por lo tanto, el nuevo sujeto ya no tiene una identidad fija, ya que hay inestabilidad en el orden de lo que significa tener razón o ser normal.
Sin embargo, desde esta concepción, hoy la identidad cultural está ligada a lineamientos identitarios de raza, género y orientación sexual.
Identidad cultural e identidad nacional
La identidad nacional es una comunidad imaginada. De esta manera, es una estructura de identidad colectiva que se construyó en torno a valores, costumbres y cultura de un pueblo o nación. En la concepción de Stuart Hall, es algo que está dando paso a la globalización de la cultura.

El nacionalismo, desde este punto de vista, es ingenuo porque se aferra a los mitos nacionales. En este sentido, estos mitos no resuelven la representatividad de cada individuo en una región o país.
Históricamente, las concepciones nacionalistas de las identidades culturales se fortalecieron después de la Revolución Francesa . Pronto, el nacionalismo se afianzó en la carrera liberal en un mundo industrializado en auge.
Hoy, ante la globalización y los individuos frente al mundo, pensar que Brasil es el país del fútbol y del carnaval es una actitud ingenua. Por tanto, en la nueva concepción de la identidad cultural, el nacionalismo no representa a todos.
Así, el nacionalismo no representa los matices culturales de cada etnia y cada tendencia en defensa de las garantías de género. La identidad cultural es mucho más amplia que los conceptos y mitos nacionalistas.
Identidad cultural y representatividad
El concepto de identidad cultural es muy amplio y dinámico. En este sentido, toda construcción de una identidad cultural sigue abierta y en movimiento, ya sea de un pueblo, de una nación o incluso del mundo.
Así, lo que se debe discutir para establecer una especie de brújula de valores es el tema de la representatividad.
Por tanto, para tener una idea más justa de la identidad cultural, será necesario establecer parámetros de representatividad.
Es decir, saber si en la construcción de la identidad cultural de un país se está teniendo en cuenta la representatividad de las etnias, los géneros y las visiones de las orientaciones sexuales que conforman ese país.
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