El hedonismo, que predica la búsqueda incesante del placer, surgió como doctrina filosófica en la Antigua Grecia y ha llegado hasta nuestros días.
El hedonismo es una doctrina filosófica y moral que eleva el placer al nivel del mayor bien en la vida humana.
Elaborado en la Antigua Grecia, fue el resultado de los experimentos de grandes filósofos, pero ha cambiado con el tiempo. También chocó con varias religiones que lo etiquetaron como amoral y pecador.
El hedonismo llegó hasta nuestros días como la búsqueda del placer a través del consumismo, la actividad física y otras variantes.
Orígenes en la antigua Grecia
La expresión hedonismo significa la búsqueda del placer como meta a alcanzar. Está formado por la unión de la palabra “hedon”, que significa placer, más el sufijo “ismo”, de doctrina. Por lo que su significado es la doctrina de la búsqueda del placer.
El destaque para su concepción se debe a Aristipo de Cirene (435 aC – 356 aC), llamado el Padre del Hedonismo. Pero también merece ser mencionada la aportación de la filosofía de Epicuro de Samos (341 a. C.-271 a. C.).
En la doctrina de Epicuro, por lo tanto, el placer debe disfrutarse con moderación, sin ninguna forma de exageración. Aristipo, por otro lado, predicó el disfrute intenso en el placer físico. Ambos estuvieron de acuerdo en que solo con el fin del dolor podría llegar la plena realización.
Aparte de las divergencias, de los ensayos de estos grandes filósofos surgió el fundamento del hedonismo, que es la búsqueda incesante del placer.
El hedonismo de hoy
Ciertamente, sin conocer las bases de esta filosofía, la sociedad actual la aplica dentro de la concepción de Aristipo. Es la búsqueda intensa, individual e inmediata del placer, que se obtiene, por ejemplo, mediante la adquisición de bienes de consumo de última generación.
También hay una aplicación del Hedonismo en las relaciones efímeras que apuntan únicamente a la satisfacción sexual del momento. O bien en el lujo exagerado de imponerse socialmente y así dejarse llevar por la admiración de los demás.
El caso es que la sociedad actual es muy individualista, selectiva, inmediatista y sin tabúes en la búsqueda de la satisfacción de los deseos. Esta es la aplicación completa del hedonismo, libre de los límites que sugirió Epicuro.
Fricciones con las religiones
Obviamente, una doctrina que predique la búsqueda del placer chocaría con las religiones, ya que enseñan lo contrario. El hedonismo, por lo tanto, fue objeto de fuertes críticas y oposición por parte de varios grupos religiosos.
La Iglesia Católica, además, hace siglos, lo condenó por ir en contra de sus dogmas y valores religiosos. El judaísmo, el islamismo y el hinduismo tampoco aprueban tal filosofía, sea cual sea la corriente, contraria a sus preceptos.
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