Extractivismo en Brasil: averigüe dónde se explota y cómo sucede

El extractivismo en Brasil es una actividad económica que extrae recursos de la naturaleza y es una fuente de ingresos para muchas comunidades.

En el extractivismo existe la explotación de los recursos naturales de una determinada región. Aunque es una importante fuente de ingresos de Brasil, el país sufre de degradación ambiental.

El extractivismo sin límites de la madera, en la época del Brasil Colonial, casi extinguió la Mata Atlántica. En la actualidad, sin embargo, es la selva amazónica la que está seriamente amenazada.

En la producción de minerales, a pesar de mantener la economía de varios municipios, también se paga un alto precio ambiental. Prueba de ello son las recientes tragedias ocurridas en los pueblos mineros de Mariana y Brumadinho.

El extractivismo vegetal

El extractivismo vegetal fue la primera actividad económica desarrollada por la Corona portuguesa con la retirada del palo de Brasil. Como Brasil era una colonia de explotación, al principio el colonizador no estaba interesado en cultivar la tierra.

Hoy en día, la extracción de plantas se realiza con la extracción de madera, la recolección de frutos, así como el caucho.

La controvertida tala

La deforestación continúa a un ritmo acelerado en Brasil, a pesar de las intensas inspecciones y la presión internacional. Por otra parte, constituye una importante fuente de ingresos para la población local.

La explotación descontrolada de la madera es una forma perversa de extractivismo, ya que provoca grandes daños ambientales. Así desapareció casi toda la Mata Atlántica y la Amazonía corre la misma suerte.

El bosque plantado puede ser la solución

Una de las alternativas para la preservación de los bosques brasileños puede estar en los llamados bosques plantados. Este tipo de extractivismo está dirigido principalmente a la producción de celulosa y la construcción civil.

El problema son los impactos ambientales, ya que la especie más plantada es el eucalipto, que seca los manantiales. El lugar donde hay bosques de esta planta se llama desierto verde, ya que el uso de agua es muy alto.

El caucho ya no da la ganancia que solía dar.

El Ciclo del Caucho fue una vez una de las actividades extractivas más lucrativas de Brasil, pero actualmente está en declive.

A principios del siglo XX, Inglaterra pasó de contrabando plántulas de árboles de caucho a Asia y comenzó allí su propia producción. La competencia fue tan fuerte que los productores brasileños quebraron y terminaron con el Ciclo del Caucho. Hoy también hay competencia con el caucho sintético.

Otras hortalizas que se explotan

La nuez de Brasil es el producto más explotado en la Región Norte, siendo fuente de ingresos para miles de familias. Es un alimento muy nutritivo y también se utiliza en la industria cosmética.

El palmito es otro extractivo muy buscado, pero que preocupa a los ambientalistas por los excesos. Los palmerales se ven comprometidos por la extracción no controlada, ya que impide la regeneración.

La carnaúba es una planta del Nordeste absolutamente aprovechada. La madera se utiliza en la construcción civil y la fruta se transforma en harina. Las raíces se utilizan para tratar enfermedades y la cera es un producto de exportación.

El extractivismo en la minería

Brasil es un país rico en minerales como oro, plata, estaño, hierro, níquel, manganeso, cromo y zinc. Las mayores reservas minerales se encuentran en el Quadrilátero Ferrífero (MG), Serra dos Carajás (PA) y Maciço do Urucum (MS).

El mineral de hierro es el principal producto de exportación de Brasil, ya que el 75% del producto utilizado en el mundo proviene de Brasil. Mezclado con carbón, el mineral de hierro se convierte en acero. Su producción se realiza casi en su totalidad en el llamado Cuadrángulo de Hierro de Minas Gerais. Si bien genera ingresos en la región, el impacto ambiental es alto.

La ruptura de la presa Rio Doce en Mariana, en 2015, y el Córrego do Feijão en Brumadinho, en 2019, son prueba de ello. El mineral de hierro también se encuentra en la Serra dos Carajás, en Pará, donde también se extrae cobre, estaño, bauxita, oro, etc.

Finalmente, se explora petróleo en plataformas en el Océano Atlántico, lo que coloca a Brasil en el puesto 15 del mundo. La sal se extrae casi en su totalidad en Rio Grande do Norte, que representa casi toda la producción nacional.

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