El encilhamento, el primer plan económico de la República, no funcionó y arrojó a Brasil a una grave crisis económica que quebró a muchos inversores.
El Encilhamento fue el nombre de la fallida política económica del gobierno de Deodoro da Fonseca (1889-1891). El Ministro de Hacienda, autor del proyecto, fue Rui Barbosa. Los efectos negativos de esta crisis se sintieron en Brasil hasta 1892.
La economía brasileña en los albores de la República
A fines del siglo XIX, la economía brasileña se basaba en gran medida en la agricultura, especialmente en el cultivo del café. Si bien el sector agrícola era importante, ciertamente había un anhelo por el inicio del proceso de industrialización. Esto traería la deseada modernidad y desarrollo económico.
Sin embargo, tanto el desarrollo como la modernidad chocaron con un deficiente sistema financiero heredado del Imperio. No había suficiente papel moneda para pagar a los trabajadores asalariados, que creció después de la abolición de la esclavitud. Eran los inmigrantes que venían a trabajar en los cafetales.
Fue entonces cuando Rui Barbosa, entonces Ministro de Hacienda (Finanzas), creó una nueva política económica. Su objetivo era intensificar la industrialización para facilitar el desarrollo económico, con el propósito de introducir mecanismos financieros modernos. Una idea simple: generar papel moneda, otorgar préstamos sin restricciones y permitir que los bancos emitan libremente créditos monetarios.
La política del encilhamento y la gran crisis económica
El Encilhamento, sin embargo, tuvo el efecto contrario, ya que desencadenó una grave crisis económica. De hecho, se emitió más dinero del necesario, lo que generó una inflación galopante.
Los deudores no pudieron pagar a los bancos, que quebraron por el alto volumen de préstamos otorgados sin prudencia. Sin supervisión, las empresas fantasma lanzaron valores falsos en la bolsa de valores, generando así especulación y pérdidas. El desorden financiero provocado por el Encilhamento sacudió a la joven República.
La intensa crisis económica alcanzó su punto máximo entre 1890 y 1891. Hubo muchos fraudes con la creación de empresas fantasmas, para pedir dinero prestado (crédito), pero sin inversión productiva. Se acentuó la devaluación de la moneda y con ello aumentó la inflación y la deuda pública.
La crisis económica la heredó el gobierno de Campo Sales
Rui Barbosa estuvo en el cargo apenas 14 meses, hasta el 20 de enero de 1891. Los problemas económicos por su política de Encilhamento alcanzaron al gobierno de Campo Sales (1898-1902). Cuando asumió la presidencia heredó una gravísima crisis económica, con infracciones en máximos históricos y el café, nuestro principal producto, en sobreproducción.
Luego renegoció la deuda con Inglaterra y obtuvo un gran préstamo para Brasil, además de obtener una moratoria sobre la deuda existente. Además, Brasil dejó entonces de invertir en industrialización, lo que complació a Inglaterra, y pasó a exportar productos agrícolas.
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