Desde el siglo XVI, 278 880 personas han muerto a causa de la actividad volcánica, y muchas de estas muertes se atribuyen a las consecuencias secundarias asociadas con la erupción. Por ejemplo, 92.000 personas murieron de hambre después de la erupción de Tambora en Indonesia en 1815.
Desde el siglo XVI, 278 880 personas han muerto a causa de la actividad volcánica, y muchas de estas muertes se atribuyen a las consecuencias secundarias asociadas con la erupción. Por ejemplo, 92.000 personas murieron de hambre después de la erupción de Tambora en Indonesia en 1815.
Desde la década de 1980, las muertes relacionadas con las erupciones volcánicas se han reducido considerablemente, pero esto no es del todo el resultado de una mayor preparación o inversión en la gestión de riesgos por parte de los gobiernos, sino más bien de la casualidad.
De hecho, aún existen varios volcanes muy activos que podrían explotar en cualquier momento, y representan una gran amenaza para la vida de los habitantes de la región.
Vesubio, Italia

Conocido por su erupción en el 79 d. C. que destruyó las ciudades de Pompeya y Herculano, el Vesubio sigue siendo un peligro eminente ya que se encuentra en el centro de Nápoles y sus alrededores, hogar de más de 3 millones de personas.
El volcán es conocido por una forma particularmente intensa de erupción. Las erupciones del Vesubio se caracterizan por la expulsión de una vasta columna de gas y cenizas que se extiende hasta la estratosfera, mucho más alta de lo que vuelan los aviones comerciales.
Nyiragongo, República Democrática del Congo

Este volcán situado en el centro de África ha entrado en erupción varias veces en las últimas décadas y, aunque sus erupciones no son especialmente explosivas, sí que produce una peligrosa forma de lava. La lava en erupción puede correr rápidamente por los flancos del volcán e inundar áreas sin previo aviso.
En 2002, el lago de lava en la cima del volcán se filtró, lo que provocó flujos de lava que descendieron a la ciudad de Goma, sumergiendo partes de ella con 2 metros de lava.
Afortunadamente, se emitieron advertencias y más de 300.000 personas fueron evacuadas a tiempo. Si el volcán vuelve a entrar en erupción, hay que esperar que las autoridades estén igual de preparadas, pero esta es una zona políticamente inestable y por lo tanto vulnerable.
Popocatépetl, México

“Popo”, como lo llaman los lugareños, está a solo 70 kilómetros al suroeste de una de las ciudades más grandes del mundo: la Ciudad de México, que alberga a 20 millones de personas. Popo está regularmente activo y su actividad más reciente fue en 2016.
En tiempos recientes, y de hecho durante gran parte de su historia, los eventos eruptivos en Popo han consistido en la emisión de esta densa nube gris. El problema es que este hollín puede cubrir la montaña con un espeso manto de ceniza que, al mezclarse con agua, puede formar una mezcla arcillosa peligrosamente densa.
Krakatoa, Indonesia

El nombre de Krakatoa es infame: 36.000 personas murieron a causa del tsunami provocado por su erupción en 1886, que liberó más energía que las 13.000 bombas atómicas de Hiroshima. La erupción destruyó la isla volcánica por completo, pero en los 50 años posteriores a la erupción, se formó una nueva isla en su lugar.
La nueva isla se llama Anak Krakatau (Hijo de Krakatoa). En 2007 comenzó una nueva actividad y desde entonces se han observado otros episodios de actividad en el volcán, el más reciente en marzo de 2017.
Changbaishán, China

Pocos han oído hablar de este volcán en una parte remota de Asia, su última erupción fue en 1903. Alrededor del año 969 d.C., el volcán produjo una de las erupciones más grandes de los últimos 10.000 años, liberando tres veces más material que el Krakatoa en 1886.
Uno de los mayores peligros del volcán es el inmenso lago del cráter en su cima (con un volumen de aproximadamente nueve kilómetros cúbicos). Si se rompe, este lago representaría una amenaza significativa para las 100.000 personas que viven en los alrededores.
A principios de la década de 2000, los científicos comenzaron a monitorear el volcán hasta ahora poco monitoreado y determinaron que su actividad estaba aumentando, lo que podría representar un peligro en las próximas décadas.
Changbaishan se encuentra en la frontera entre China y Corea del Norte. Dada esta ubicación geopolítica sensible, los efectos de cualquier actividad volcánica allí probablemente serían muy difíciles de manejar.
Este artículo fue publicado originalmente por The Conversation .