La Boat Revolt comenzó con una huelga de empleados y se convirtió en un episodio de furia de los pasajeros victimizados por el mal servicio prestado.
La Revuelta de los Barcos fue una insurrección popular contra las condiciones de transporte en la Bahía de Guanabara.
Ocurrió el 22 de mayo de 1959 y resultó en la destrucción de los bienes de la empresa que administraba el servicio de la hidrovía.
Hubo muertos, incendios y depredaciones descontroladas, que finalmente culminaron con la nacionalización de las embarcaciones en la región.
Contexto histórico
Antes de la inauguración del Puente Rio-Niterói (1974), no era fácil cruzar entre las dos ciudades. Las opciones eran cruzar con botes o dar la vuelta a toda la Bahía de Guanabara por carretera.
El medio de transporte más utilizado, obviamente, fueron las lanchas, ya que transportaban diariamente unas 100 mil personas. El servicio de cruce lo realizaba el ambicioso Grupo Carreteiro, pero había constantes quejas sobre la calidad.
El grupo de vez en cuando reclamaba daños a sus cuentas y pedía al gobierno una compensación económica. Pero había sospechas de contabilidad falsa, además de contabilidad fraudulenta. Añádase a eso la creciente adquisición de inmuebles por parte de la familia Carreteiro, que también ostentaba riqueza.
Insatisfechos con los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo, los trabajadores se organizaron en una entidad fuerte. Era el Sindicato de Marinos y Obreros Navales, que constantemente se declaraba en huelga. Y cada vez que había un paro, el Grupo Carreteiro reclamaba pérdidas y subía el precio del billete.
la huelga de los trabajadores
En la madrugada del 21 de mayo de 1959, el sindicato volvió a declararse en huelga, esta vez por sorpresa. Reclamado lo habitual por más de 4000 empleados de la empresa. Para evitar una calamidad pública, las Fuerzas Armadas fueron convocadas para posibilitar el cruce entre Niterói y Río en caso de emergencia.
La prestación del servicio era obviamente mucho menor, ya que los militares no tenían la capacidad de empleados paralizados. Pronto, la gente comenzó a reunirse en la Praça Martim Afonso y se formó una cola de pasajeros impacientes. Los militares intentaron imponer el orden, pero el pueblo ya no obedecía y entonces se utilizó la violencia.
En respuesta, la gente lanzó piedras a las ventanas de las lanchas y los militares respondieron con tiros al aire. El descontento de la gente que ya llegaba tarde al servicio se tornó en furor y la situación se salió de control. Comenzó un levantamiento popular que se conoció como la Revuelta de los Barcos.
La rebelión de los barcos
La población descontrolada rompió la Estación de Ferry, luego la prendió fuego y destruyó toda la flota que estaba anclada. Los documentos, muebles, cuadros, maquinaria de la estación fueron amontonados en la calle y quemados.
No conforme con haber arrasado la estación, la gente acudió a la oficina de la empresa, la invadió y la destruyó. Todo lo que había dentro se amontonó en la calle, habiéndose convertido en una gran hoguera.
A pesar de todo este daño, todavía parecía poco para el odio popular. Así que el siguiente objetivo fue la mansión de la Familia Carreteiro, en el Bairro Fonseca. El inmueble fue invadido y completamente destruido, con todo su mobiliario quemado en la calle. Las joyas muy costosas, los vestidos finos y los perfumes raros encontrados fueron utilizados por los manifestantes.
Antes de que la mansión finalmente fuera incendiada, incluso escribieron un mensaje en la pared. Allí se encontró la frase: “Aquí yacen las fortunas del Grupo Carreteiro, acumuladas con el sacrificio del pueblo”.
Las secuelas de la revuelta de los barcos
Como consecuencia de los conflictos desencadenados por la revuelta, seis personas murieron y 118 resultaron heridas. Al día siguiente, el gobierno nacionalizó el servicio de travesía en ferry y la situación volvió a la normalidad.
La familia Carreteiro se hizo muy rica y políticamente influyente en Niterói, pero desapareció de la escena. Incluso José Carreteiro, que era el patriarca, al mismo tiempo que la Revuelta tuvo un infarto y murió.
Solo quince años después de estos hechos, finalmente se inauguraría un puente que conecta Río y Niterói. Mientras tanto, la gente seguía arriesgándose a los peligrosos cruces en los barcos.
¿Le resultó interesante saber más sobre Revolta das Barcas? Pues bien, no dejes de leer también sobre la Cuestión Christie y cómo fue este callejón sin salida entre Brasil e Inglaterra .