Al menos una vez en nuestras vidas hemos estado en una situación en la que un niño comienza a gritar y no podemos hacer nada. Sería genial si encontraran una manera de poner fin a cualquier rabieta infantil, ¿no?
Al menos una vez en nuestras vidas hemos estado en una situación en la que un niño comienza a gritar y no podemos hacer nada. Sería genial si encontraran una manera de poner fin a cualquier rabieta infantil, ¿no?
Pues eso es lo que descubrieron Fabiana Santos, periodista, madre de dos hijos, y su psicóloga Sally Neuberger. La respuesta es en realidad una pregunta, que Fabiana publicó en su blog Tudo Sobre Minha Mãe.
La idea es hacer que el niño se sienta respetado, en el sentido de valorar sus sentimientos. En un momento de llanto, por el motivo que sea, el niño necesita entender lo que está pasando. Una vez que lo entiendas, será parte de la solución al supuesto problema.
Así que cuando un niño empiece a llorar, cálmate, míralo a los ojos y hazle la siguiente pregunta:
¿Es este un problema grande, un problema mediano o un problema pequeño?
Fabiana informa que cada vez que hizo la pregunta funcionó, parecía magia. El niño deja de llorar, comienza a pensar y luego responde la pregunta. A partir de ahí solo es cuestión de encontrar la solución al problema. Incluso si el niño considera que una situación tonta es un problema grave, respételo sin hacer juicios de valor.
Después de un tiempo, los pequeños entienden cómo funcionan los problemas, y ellos mismos se calman y se dan cuenta de que hay una solución.
No olvide elogiar al niño por ser capaz de resolver el problema.
Puedes leer el texto completo de Fabiana aquí.
Imagen: Jill Greenberg.