Científicos lograron trasplantar la cabeza de un ratón al cuerpo de otro

El principal objetivo de los experimentos con ratas es demostrar que procedimientos complejos, como un trasplante de cabeza, en humanos serán posibles en poco tiempo.

El neurocirujano italiano Sergio Canavero ganó protagonismo en los medios internacionales hace dos años por las audaces afirmaciones de que pronto podría realizar un “trasplante de cabeza” en humanos.

A pesar de los numerosos obstáculos que enfrenta Canavero, desde un punto de vista ético y científico, parece que el cirujano está decidido. El año pasado, realizó lo que llamó un procedimiento de «prueba de concepto», en el que cortó la médula espinal de un perro y la volvió a unir, uno de los principales obstáculos para realizar el procedimiento en humanos.

Esta vez, el científico italiano se asoció con otro cirujano, Ren Xiaoping, para trasplantar la cabeza de un ratón al cuerpo de otro. El equipo repitió el procedimiento en varios otros animales, creando una serie de ratones de dos cabezas. El estudio fue publicado en abril de ese año.

El mayor obstáculo para este tipo de cirugía es mantener la “cabeza viva” durante la operación. Esto se debe a que los órganos ubicados en esta región, cerebro, ojos, oídos, nariz, boca y piel, etc., no pueden permanecer más de unos minutos sin recibir sangre y oxígeno.

Aquí es donde destaca el estudio del equipo chino/italiano. Para solucionar el problema, desarrollaron una técnica en la que el flujo de sangre se mantiene constante entre el ratón que recibió la cabeza, el ratón que donó y un tercer roedor.

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Desafortunadamente, los ratones trasplantados no sobrevivieron mucho tiempo, un promedio de 36 horas. Sin embargo, ese ni siquiera era el objetivo del equipo. Según los autores, el principal objetivo de los experimentos con ratas es demostrar que procedimientos complejos, como el trasplante de cabeza, en seres humanos serán posibles en poco tiempo.

Antes de que los trasplantes de cabeza puedan probarse en humanos, se deben resolver algunos problemas:

El sistema inmunológico del cuerpo del receptor tiene que aceptar la cabeza del donante.

En cualquier trasplante, una de las cuestiones principales es la reacción del propio organismo del paciente. Es por eso que casi todos los pacientes trasplantados toman inmunosupresores de por vida después del procedimiento.

Debido a que la cabeza incluye varios órganos, el riesgo de rechazo es mucho mayor.

La cirugía debe realizarse en menos de una hora.

Según el artículo de Canavero, toda la cirugía de trasplante debe realizarse en menos de una hora. El científico señala que ambas cabezas tendrían que ser removidas de sus cuerpos al mismo tiempo. Trabajando rápidamente, los cirujanos tendrían que volver a unir la cabeza de la persona que quieren mantener con vida al cuerpo del donante mientras ambos cuerpos están en pleno paro cardíaco.

Los cirujanos deben poder conectar sin problemas la médula espinal y el cerebro para que la cabeza pueda comunicarse y controlar el nuevo cuerpo.

La clave para hacer la conexión perfecta, según Canavero, sería “un pegamento biológico especial” llamado polietilenglicol.

El plan de Canavero también implicaría poner al paciente en coma hasta por un mes para permitir que las médulas espinales se fusionen. De lo contrario, los “espaguetis” (como él los llama) que forman la médula espinal pueden anudarse o torcerse.

Todos estos problemas deben experimentarse en las pruebas con animales. Sin embargo, estos experimentos enfrentarán muchos obstáculos en varios países, como Brasil y los EE. UU., ya que implica mucha crueldad con los animales.

Sin embargo, Canavero y su equipo parecen haber encontrado oportunidades en otros países, donde los procedimientos son legales.

 

 

Artículo publicado originalmente en Business Insider (en inglés).
Imágenes: Reproducción.