Los sables de luz son quizás las mejores armas que aparecen en la pantalla grande. Las batallas épicas entre los Caballeros Jedi y los Caballeros Sith son verdaderamente fascinantes y revelan que los sables de luz pueden ser el arma más poderosa.
Los sables de luz son quizás las mejores armas que aparecen en la pantalla grande. Las batallas épicas entre los Caballeros Jedi y los Sith son realmente fascinantes y revelan que los sables de luz pueden ser el arma más mortífera del universo.
La idea detrás de un sable de luz es realmente ingeniosa y simple: un arma liviana e inmensamente poderosa que usa una hoja de energía para desmembrar a los discípulos del lado oscuro de la fuerza de un solo golpe y, para colmo, también es un escudo perfecto contra el láseres disparados por Stormtroopers.
Ante esto, una pregunta flota en el aire: ¿Por qué no tenemos todavía estas bellezas en la vida real?
La forma obvia de construir un sable de luz sería usar un láser, que puede verse como un haz de luz brillante y orientable. Pero a pesar de que la tecnología láser avanza cada día, haciéndolos más eficientes y potentes, todavía estamos a años luz de poder construir algo parecido a un sable.
primer reto
El primer desafío es hacer que la hoja de un sable de luz tenga una longitud aceptable, cerca de diez pies o más. Para hacer esto, tendríamos que limitar el rayo láser a un tamaño específico. Esto no sería fácil, ya que la luz tiene una fuerte tendencia a seguir viajando si no hay obstáculos.
Una solución podría ser colocar un pequeño espejo en la punta de la hoja. Pero, ¿te imaginas lo vergonzoso que sería aparecer en el campo de batalla con un sable de luz rodeado de un marco para sostener un espejo en la punta? Además de ser muy frágil, una espada así no podría lastimar a nadie.
segundo reto
El segundo problema es que la cuchilla necesitaría mucha potencia para poder cortar las extremidades. Los láseres utilizados en la industria tienen esta potencia, pero a cambio utilizan cientos de miles de kilovatios para funcionar. La fuente de energía de estos láseres es enorme y ciertamente no cabe en la diminuta empuñadura de un sable de luz. Además, necesitaría un mecanismo de enfriamiento considerable si no quisiera sufrir quemaduras de tercer grado al empuñar el sable.
Aparte de estos puntos más prácticos, los sorprendentes efectos de las peleas con sables de luz serían inviables. Dos sables de luz construidos con láser nunca se tocarían. Simplemente pasarían entre sí sin ningún efecto.
Pero no todo está perdido
Nadie dijo que un sable de luz tendría que estar basado en tecnología láser. Una alternativa es el plasma. El plasma no es más que un gas tan caliente que sus átomos se descomponen en sus componentes más fundamentales, a saber, electrones y protones. Pueden generarse aplicando potentes descargas eléctricas a un gas (un rayo es un ejemplo) y son capaces de generar altas temperaturas, de hasta millones de grados centígrados.

Lo más interesante es que los plasmas tienden a emitir diferentes colores dependiendo del gas del que estén hechos. Por ejemplo, una luz de neón no es más que un tubo lleno de gas de neón en estado de plasma. Los sables de luz verdes de los Caballeros Jedi podrían estar hechos de plasma de cloro, que emite predominantemente luz verde, mientras que los sables de luz rojos de los Sith podrían estar hechos de helio, que emite luz principalmente en la región rojo-violeta del espectro.
Entonces, ¿cómo funcionaría un sable de luz en la práctica?
Una fuente de alimentación pequeña pero poderosa escondida en el cable podría conectarse a un filamento largo y pequeño que transporta la descarga eléctrica y sopla algo de gas a su alrededor. Al encenderse, el filamento se volvería incandescente y el gas a su alrededor se convertiría en plasma, emitiendo su color en todas direcciones. El calor abrasador del plasma podía derretir instantáneamente cualquier objeto que tocara, cortando la materia como una cuchilla.
Podría tomar algunos problemas hacer que todo esto sea lo suficientemente compacto y resistente para soportar un corte de otro sable de luz, pero es un buen comienzo. Después de todo, el Imperio Galáctico no se construyó en un día.
Este artículo fue publicado originalmente por The Conversation .
Imágenes: Lucasfilm/Reproducción.