Un agujero negro es una región del Universo con tal densidad que succiona todo a su alrededor hacia su interior. Ni siquiera la luz puede escapar de ella.
Un agujero negro es una zona espacial donde incluso la luz no puede escapar. Se basa en la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein, publicada en 1915.
Se forma en un proceso que deriva de estrellas moribundas y puede ser estelar o supermasivo. Los pequeños se llaman estelares y los más grandes se llaman supermasivos. Estos últimos pueden tener una masa de 1 millón de soles juntos.
El agujero negro no se puede observar con un telescopio, ya que no emite luz. Pero la Agencia Espacial Norteamericana (NASA) investigó sobre este fenómeno. Sus científicos han llegado a la conclusión de que en la región central de una galaxia siempre hay un agujero negro.
teoría del agujero negro
Aún en el siglo XVII, un científico llamado Ole Roemer logró demostrar que la velocidad de la luz tiene un final. En base a estos experimentos, ya en el siglo siguiente Laplace y John Michell realizaron los primeros cálculos sobre la existencia de agujeros negros en el Universo.
Pero fue solo con la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein que se explicó la teoría del agujero negro. Fue publicado en 1915 y relativizó la Gravitación Universal de Newton.
Consideraciones sobre su existencia
Un agujero negro no emite luz, por lo que es difícil observarlo desde la Tierra, así como dar fe de sus particularidades. Pero hay un fenómeno interesante que puede ser un indicio de su presencia, que es la gravedad que afecta al gas de las estrellas.
Las consideradas más pequeñas se denominan estelares, mientras que las grandes se denominan supermasivas.
Se estima que existe en la Vía Láctea un inmenso agujero negro con una masa cuatro millones de veces la del sol. Su nombre es Sagitario A. Incluso se cree que estos supermasivos dieron origen al Universo.
Esas pequeñas se llaman estelares, ya que derivan de la muerte de una supernova. Esta es la fase final de la vida de una estrella, donde tiene lugar una brillante explosión.
Se cree que el Sol tiene poca energía para cambiar su gravedad, por lo que nunca se convertirá en un agujero negro.
Investigación sobre los agujeros negros
En la década de 1970, Stephen Hawking investigó las características de los agujeros negros. Su conclusión fue que instrumentos específicos pueden captar la radiación emitida por el fenómeno.
A partir de tales estudios, por lo tanto, se fabricaron telescopios capaces de medir los rayos X estelares. Con esto, por primera vez, fue posible observar, aunque indirectamente, un agujero negro.
En 2015, científicos de la Universidad de Pekín descubrieron que existe un gigantesco agujero negro en el espacio. Tendría una masa equivalente a 12 millones de veces la del Sol.
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